Ahora que llegan las Navidades aparecen las campañas de “No compres, adopta”. Pero tenemos que ir más allá. Tenemos que “SER RESPONSABLES”. Las perreras y centros de acogida están repletos de animales de raza que algún día fueron un capricho navideño. Aunque también hay otros que ya han sido adoptados y han vuelto a parar allí. ¿Porqué? Pues porque no somos conscientes de que tener una mascota implica una inversión de tiempo, de dinero y de paciencia. Son seres vivos, que al igual que nosotros tienen sus días buenos, malos, su personalidad y sus necesidades y no los vamos a poder devolver cuando no nos encajen en nuestro estilo de vida o no sean lo que esperábamos, pues ya han creado un vínculo con nosotros y cada despedida, cada abandono les hiere.
Por eso, no nos conformemos con hacer la buena acción del día adoptando una mascota, que si no somos capaces de lidiar con sus traumas y problemas devolveremos al sitio del que la sacamos. Y pensemos muy y mucho antes de incorporar a un nuevo miembro a nuestra familia pues debe de ser una decisión irrevocable y de por vida.
Por favor, SE RESPONSABLE.
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