Veterinario Músicos
Precauciones en Perros y Gatos por el Covid-19
Como sabéis, en el Centro Veterinario Músicos seguimos a la disposición de vuestras mascotas, acudiendo a la clínica, pero en determinados días a la semana y siempre bajo cita previa para disminuir el riesgo de contagio. Los días que no estamos presenciales, seguimos atendiendo el teléfono y las consultas desde casa y estamos aprovechando estos momentos para seguir formándonos y poder ofreceros unos conocimientos actualizados y de calidad. Esta vez hemos participado en el seminario de etovets, especialistas en el comportamiento y bienestar animal, sobre como afecta el confinamiento a nuestras mascotas y hemos hecho un resumen para vosotros que os dejamos a continuación.
¿Cómo afecta el confinamiento a mi mascota?
Las medidas de seguridad que se están llevando a cabo estos últimos meses nos obligan a pasar más tiempo encerrados en casa y reducir las salidas con nuestras mascotas. Estas medidas extraordinarias provocan un cambio brusco en la rutina que puede desembocar en consecuencias negativas para nuestros animales. Los cambios bruscos de rutina y la disminución de la actividad física, como puede ser la disminución de los tiempos de paseo, del juego o del ejercicio, es uno de los principales problemas durante esta cuarentena. Lo que busca el organismo del animal con el estrés es llegar a escapar o resolver esa situación, pero no todas las situaciones de estrés pueden resolverse. Por lo que, si el estímulo se mantiene, puede llegar a ser perjudicial para la mascota y terminar generando respuestas destructivas o incluso agresivas. Por otro lado, debido a que estamos pasando más tiempo en casa, existe mayor contacto con nuestros animales. Si ya tenemos un problema de agresividad de base, se va a incrementar la probabilidad de un conflicto que, en casos extremos, puede desembocar en ataque. Por último, los cambios en el apego entre propietario y mascota pueden derivar en problemas de ansiedad por separación, en el futuro en el que retomemos nuestros horarios habituales y volvamos a pasar menos tiempo en casa. Teniendo esto en cuenta, a continuación, trataremos una serie de medidas que podemos adoptar para que estos cambios no les afecten de manera negativa.
MEDIDAS A ADOPTAR CUANDO CONVIVIMOS CON UN PERRO:

Realizar una rutina estable y previsible de paseo, comida, juego y descanso.
Crearemos distintas motivaciones con cosas (enriquecimiento ambiental instrumental) y con personas (enriquecimiento ambiental social), para que de esa forma estén entretenidos durante el día. El enriquecimiento ambiental instrumental se puede conseguir con distintos objetos comerciales o caseros: ya sean los dispensadores de comida, los comederos antiestrés, congelar premios en un recipiente con agua para que luego se lo coman poco a poco, usar mantas cognitivas y alfombras interactivas o hacer juegos de olfato y búsqueda escondiendo comida por casa. El enriquecimiento ambiental de tipo social se puede conseguir mediante el juego con personas u otros animales o realizando ejercicios de obediencia básica como el sentarse, tumbarse o dar la pata.
Es muy importante que empecemos siempre con ejercicios sencillos y luego ir aumentando la dificultad poco a poco para evitar que se frustren.
Además, antes y después de cada ejercicio o juego deberemos señalizarlo con alguna orden del tipo “ale a jugar” o “vale” o “terminamos” para que de esa forma el animal pueda prever lo que va a ocurrir y así sentirse más seguro.
Podemos señalizar también los paseos con órdenes como “a pasear” o “a casa” para que, de igual forma, se conviertan en una actividad previsible.
Debemos mantener siempre una rutina de actividades. Como, por ejemplo: pasear, comer, descansar y por último jugar. No deberemos cambiar la rutina, pero dentro de dicho orden podemos hacer variaciones, para que de esa forma no caigamos en el aburrimiento. Por ejemplo, unos días hacemos juego de obediencia y otros de olfato.
Evitar problemas relacionados con aburrimiento y falta de ejercicio que puedan causar conductas destructivas:
Ofrecerle distintas posibilidades de juego para ver que quiere hacer: juegos de persecución, de tirar, de buscar, de lanzar y traer…
Señalizar siempre el inicio y el final del juego con una orden como “a jugar” o “se acabó” para que sea previsible y no esté nervioso todo el día esperando la hora de juego.
No obligarles a jugar si no quieren.
Modificar la forma del paseo:
Los paseos, deben estar señalizados, tanto el principio como el fin, con una orden.
Para que de esta forma sean previsibles.
Deben ser cortos y evitando el contacto social (elegir horas con menos afluencia de gente).
Permitiremos la libertad de olfato e interacción con el entorno, para que haya una motivación para el animal.
Deben ser atados, pero podemos utilizar correas de unos 3 metros de longitud para permitirles una cierta independencia sin tener que soltarlos.
Podemos utilizar premios durante el paseo. De esta forma, aunque sea corto, existan estímulos positivos. Podemos emplear dichos premios para la vuelta a casa y evitar así que se convierta en algo traumático.
Evitar tirones, collares de ahogo, situaciones dolorosas o de miedo que puedas actuar de estímulos negativos.
Aumentar el control del entorno (en especial en momentos de miedo). Este es un punto muy importante sobre todo en situaciones de ruidos fuertes muy comunes en estos días como pueden ser los aplausos, las caceroladas o los equipos de sonido en los balcones. Para reducir su impacto podemos tomar las siguientes medidas:
Crear zonas seguras de acceso permanente y que contengan todos los elementos necesarios para la vida diaria. Como la comida, bebida y la cama.
Emplear materiales que puedan amortiguar el sonido y la luz exterior. Como mantas, toallas, colchones o cojines.
Que presenten una correcta temperatura y ventilación.
Que tenga la libertad de elegir si se quiere quedar allí refugiado o estar con nosotros. Nunca obligarle a quedarse allí.
Podemos intentar asociar el ruido a cosas positivas. Si el animal acepta comida o juego durante ese estímulo negativo podemos proporcionárselo, de esa forma desviaremos su atención.
Manejar la relación con el propietario para evitar apegos secundarios y conflictos en casa:
Facilitando momentos de juego en soledad con juguetes como el Kong.
No encerrarlo en la habitación durante el juego en solitario, pero que el juguete no se pueda sacar de esa habitación donde estará solo (ya sea porque pese mucho y no lo pueda transportar o porque se encuentre atado). De esa forma puede elegir si quiere jugar solo o estar con nosotros.
Calmarlo en situaciones de miedo o fobias, pero ignorarlo cuando lo que quiere es una demanda de atención.
Cuando volvamos a la rutina podemos mantener estos juegos individuales para tenerle distraído cuando se quede solo.
Cuando tenemos un problema de agresividad previo debemos ser conscientes de que ahora no es el momento de intentar corregirlo. Deberemos evitar las situaciones del conflicto y cuando termine el confinamiento acudir a un etólogo canino que nos muestre unas pautas seguras de actuación.
Es muy importante que, si las situaciones de agresividad involucran a los niños de la casa, éstos nunca deben quedarse solos sin vigilancia con el animal. De esta forma, con nuestra supervisión, podemos prever dichas situaciones antes de que se produzcan.
MEDIDAS A ADOPTAR CUANDO CONVIVIMOS CON UN GATO:

Mantener una rutina estable: sabemos que los gatos son individuos muy sensibles a cualquier alteración. Por lo que este periodo de confinamiento es recomendable evitar cambios en la casa, mobiliario, en las pautas de alimentación, limpieza y en su rutina en general, para intentar no incrementar los factores de estrés. No es el momento de probar cosas nuevas. Lo mejor es ceñirse a la rutina previa siempre que nos sea posible.
Enriquecimiento ambiental: para motivarle y que su día a día no sea tan rutinario, nos basaremos en un enriquecimiento ambiental instrumental de la siguiente forma:
Si es un gato que suele salir fuera, lo ideal, es seguir proporcionándole dicho acceso con puertas gateras que comuniquen con el exterior.
Proporcionarle una zona segura a la que pueda recurrir si quiere estar solo o quiere separarse de otras mascotas o miembros de la familia. Lo ideal es facilitarle zonas que se encuentren elevadas y donde pueda trepar y esconderse. Como puedes ser estanterías, baldas vacías, altos de los armarios o algunos muebles donde pueda esconderse. También podemos colocar puertas gateras en alguna habitación que esté reservada únicamente para el gato o, si hay conflictos entre dos gatos de una misma familia, que se abran únicamente ante un único microchip.
Tenemos que facilitar zonas de rascado: el rascador ideal debe ser alto (tiene que ser más alto que el gato cuando se estira de pie para rascar) a la vez que estable. Y que permita el rascado vertical (es recomendable que las cuerdas presenten una dirección vertical para favorecer dicho rascado).
Buenos comederos y bebederos: podemos emplear comederos interactivos, para que les motiven a jugar y a moverse al mismo tiempo que buscan la comida. Pero es importante que les enseñemos a usarlos poco a poco para que no se frustren y se queden sin comer. También podemos usar fuentes de agua especiales para felinos, pues a los gatos les llama más la atención el agua circulante y esto les motiva a beber y que permanezcan hidratados.
Dentro de lo que nos sea posible, dar verticalidad a la casa: es decir, proporcionarle superficies en las que pueda escalar, trepar y observar su entorno desde arriba si que se sienta molestado.
Regular interacciones sociales: que sean de calidad y a elección del gato:
Dichas interacciones debe iniciarlas siempre el gato y nunca le forzaremos.
Evitaremos jugar con ellos con nuestras manos y los pies, pues así no lo asociarán como objetos de persecución. En su lugar emplearemos juguetes que puedan perseguir, como plumeros. Si empleamos punteros láser para jugar con ellos, siempre se debe terminar el juego señalizando un objeto que puedan atrapar, de esta forma siempre llegan a “capturar la presa” y evitamos frustraciones.
Igual que con los perros, también es importante señalizar el inicio y el final de una rutina con señales de voz como “a jugar” o “a comer”, de esa forma la acción se vuelve más previsible y les da más seguridad.
No es el momento de evitar el contacto con nuestras mascotas. Como ya sabéis no hay ninguna evidencia de que perros o gatos puedan transmitir el coronavirus. Por lo que un distanciamiento entre dueño y animal podría acarrear más consecuencias negativas que beneficios. Por lo que, como precaución, solo tenemos que mantener las medidas higiénicas básicas.
Si hubiese una mayor presencia en casa de estímulos que de forma normal son negativos para el gato (como niños pequeños u otras mascotas) es una buena idea asociarlos con algún tipo de señal sonora (como por ejemplo un cascabel) para que de esa forma sea muy evidente cuando se acercan al gato y éste tenga la opción de ir a esconderse a su lugar seguro.
Vigilar signos de cistitis idiopática felina: una de las patologías más frecuentes asociadas al estrés en gatos es la cistitis idiopática. Es una inflamación de la vejiga sin causa patológica. Los principales síntomas con los que se puede manifestar son: orina con sangre, dejar de orinar o que lo haga fuera del arenero, dolor durante la micción, que pase mucho tiempo en la bandeja intentando orinar o que haga ruidos cuando utilice el arenero. Es importante estar atento a estos síntomas para contactar con el veterinario antes de que se convierta en un problema más grave.
CONCLUSIÓN:
En conclusión, debemos entender que se trata de una situación anormal en la que, a nosotros, como seres racionales, nos está costando adaptarnos. Para ellos, será de mayor complejidad porque no entienden el motivo de estos cambios, por lo que está en nuestras manos hacérsela más llevadera. Esperemos que estos consejos os sirvan de guía. De todas formas, si consideráis que dicha situación de estrés se os va de las manos y está causando una patología en vuestro animal, no dudéis en contactar con el centro veterinario. Nosotros os podemos aconsejar como lidiar con ello o incluso prescribir un tratamiento para vuestra mascota de forma que sea más llevadero.